Por: Natalia Figueroa, alumna del Máster en Comunicación del Medioambiente 2022.
Los mexicanos siempre estamos deseosos de conocer sitios lejanos y populares de otros países. Pero en el proceso, terminamos ignorando aquello que tenemos justo en frente de nosotros. México es uno de los países más visitados en el mundo, pero su turismo suele concentrarse en áreas específicas como la Riviera Maya, mientras que sus pueblos –tan llenos de cultura, colores y diversidad– tienden a pasar a un plano secundario. Quienes los tenemos cerca, debemos disfrutar de su belleza y su legado, y aprender de ellos cada que sea posible.
En años recientes, la pandemia de COVID-19 nos obligó a limitar los trayectos largos y aprendimos que el turismo de proximidad es una posibilidad que hasta entonces desaprovechada y que nos puede llevar a explorar esos lugares que no aparecen en las postales o en los aeropuertos y que no se mencionan en las agencias de viajes. La pandemia también fue un grito de ayuda de la Tierra, que nos pide que todo (incluyendo el ecoturismo) lo hagamos pensando en ella.
Hay muchos Pueblos Mágicos por explorar. Esta es la historia de uno de ellos. A tan solo 40 kilómetros de la Ciudad de México está Tepotzotlán. Un sitio que 500 años atrás se planeó con un manejo inteligente del agua y que hoy en día aún conserva imponentes arcos y zanjas que la hacían sostenible desde entonces. Igualmente, es un sitio de tradición, con costumbres típicas de todas sus épocas que aún siguen vivas. Esta guía propone una visita sustentable para un fin de semana (3 días) enfocada en conocer la cultura y las prácticas sustentables de este lugar.
Si todos viéramos el valor que tiene nuestro patrimonio ambiental y cultural, estaríamos más empeñados en conservarlo. Porque conocer es aprender, aprender es amar, y amar es proteger.
