Por: Marc Talens y Juan Muñoz, alumnos del Máster en Periodismo de Viajes 2020.
Este año la fantasía y el terror parecen haber salido de las pantallas. Tras la pandemia, la ciudad de Sitges se enfrenta a nuevos retos de gestión cultural en medio de la distancia física, las restricciones, las mascarillas y el gel hidroalcohólico.
A unos cuarenta minutos de Barcelona, en el corazón de la comarca del Garraf, se encuentra Sitges. Una ciudad en la que, en cualquier fecha, tienen lugar innumerables eventos culturales. En sus calles, con un estilo arquitectónico que recuerda a Malta, se despliegan festivales locales e internacionales de teatro, de cine, exposiciones de arte, conciertos de música clásica y contemporánea, maratones y triatlones, carnavales, talleres familiares ofrecidos por museos y otras entidades. Colman las calles de gente ávida de conocimiento, experiencias y diversión.
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