Por: Sho Komiyama, alumno del Máster en Periodismo de Viajes 2024.
Una vida llena de cambios de lugares e idiomas parece una experiencia más aventurera. Takuya Higuchi, un joven japonés quien ha vivido en seis partes diferentes del mundo y se dedica a la investigación de la importancia de aprendizaje de idiomas, nos cuenta sobre sus lecciones que ha sacado y dado en sus viajes y experiencias como profesor de idiomas, desde su nuevo lugar, la isla de Oahu en Hawaii.
¿Cómo fue tu primera experiencia de viaje que puedas recordar?
Mi primer viaje, que hice con mi familia cuando tenía 9 años, fue a Hawaii, por casualidad. Era Halloween. La gente iba disfrazada y yo tenía miedo. Los pantalones de mi padre se rompieron al bajar del autobús con el desorden. El taxista con el que viajamos se comportaba muy alegre y diferente a los de mi país. Fue un viaje que me impactó mucho y en el que descubrí un otro mundo.
¿Por qué has decidido a viajar con tanta frecuencia al extranjero desde tu adolescencia?
Como yo siempre he querido dedicarme a la enseñanza del inglés, pensaba que era imprescindible tener diversas experiencias culturales y lingüísticas en los viajes porque esas experiencias sirven como buenas anécdotas al enseñar el idioma.
¿Qué experiencias preciosas has vivido en tus viajes?
Cada región en la que estuve me aportó de distintas maneras. En San Francisco, me enfrenté con una situación no agradable con la familia de acogida mientras en Canadá sentí avance de mis conocimientos lingüísticos que me dio mucha autoestima. Salamanca me fascinó con su ambiente cultural y tradicional y pasé muchos momentos inolvidables, aunque en Kansas presencié las elecciones presidenciales de los Estados Unidos en 2016 y la realidad del ambiente conservador de sus estados locales. En un momento viajé a Alaska por ver la aurora boreal, donde tuvimos una aventura logística como mover el coche congelado con nuestras manos, y en otro fui a Matamoros, una ciudad de zona subdesarrollada en México, donde sentí la pobreza y felicidad que tenía su gente a la vez.
¿Cómo empezaste a interesarte por la enseñanza del inglés?
Al principio, me interesaba sólo la profesión de profesor en general. En mi bachillerato sufrí acoso escolar, pero afortunadamente tuve un profesor benefactor que me ayudó. La adolescencia es un periodo difícil para algunos estudiantes. Yo quería ser un profesor que pudiera ayudar a los niños como el profesor me hizo. Después, me gustó aprender el inglés y me dio cuenta de que aprender las lenguas extranjeras te permite conocer y comprender a personas de diferentes orígenes y pensamientos. Estas dos condiciones definieron mi sueño de ser profesor de inglés.
¿Qué opinas sobre la importancia de aprender el idioma?
La relevancia del aprendizaje de idiomas y viajes reside en la comprensión del ser humano. Sé que hoy en día se habla del desarrollo tecnológico representado por IA como razón para cuestionar la necesidad de estudiar las lenguas extranjeras. Sin embargo, creo que en las relaciones interpersonales donde se busca de comunicación más íntima y cordial, la gente siente más placer y comodidad si hablas en la misma lengua, y creo que esos sentimientos humanos nunca desaparecerán. Además, la sensación de éxito que sientes al poder explicarte en una lengua no nativa te permite tener un efecto positivo a la confianza en uno mismo. Por eso yo mismo sigo aprendiendo diferentes idiomas.
¿Qué lecciones has aprendido de su experiencia como profesor de idiomas mientras investigabas la educación inglesa en el máster?
Fue divertido y estimulante. Disfruté de enseñar y hablar con mis alumnos sobre las actividades de clase. Los conocí bien y a veces salimos juntos para divertirnos. Me alegró tener la sensación de que yo formaba parte de sus vidas y sentí el sentido de misión de que no debía contemporizarme en mi trabajo. Trabajé también para niños con diversidad funcional intelectual. Impartí clases basadas en elementos lúdicos como el bingo y la música. Estúpidamente había pensado que sería difícil enseñar gramática a personas con diversidad cognitiva y que no la entendieran bien, pero me di cuenta de si seguía los pasos, lo entenderían, lo que me hizo saber una vez más de que no es bueno asumir que no serán capaces de hacerlo.
¿Ahora que trabajas en diplomacia, no vas a volver al mundo de educación?
Encontré algunos problemas en el lugar de trabajo de profesores, que hoy en día en Japón se conoce como trabajo de profesores sin límite. Además, sentí que necesitaría adquirir más experiencia como trabajar en el extranjero y por eso empecé a trabajar en el Consulado. Sinceramente, me interesa avanzar al doctorado, pero como casi todos mis amigos siguen trabajando, tal vez me siento un poco solo y atrasado si sigo mi carrera académica. Y a veces dudo mi talento de investigación. Aun así, me sigue apasionando el tema de enseñanza de idiomas y sigo redactando tesis académicas por mi cuenta. De hecho, estoy empezando a buscar informaciones de doctorado.
Después de nuestra entrevista de dos horas, hemos charlado y me ha preguntado un poco sobre mi vida y mis opiniones sobre algunos temas. Dice que quiere apreciar cualquier oportunidad para experimentar y descubrir nuevas cosas para volver a ser buen profesor en el futuro con experiencias abundantes en anécdotas viajeras y culturales.